Pienso en el
deseo que corroe cada corazón,
siento el
calor de cada litro de ese deseo.
En la cama
todo se apacigua, el alcohol duele
y mis ojos
ven ese deseo en tu humor.
Tu humor es
peor que la sangre,
peor que tus
asquerosos deseos, inconcebibles para mí.
No sé si es
lo que soy o lo que no he sido.
Esquinas y
manos rápidas. Rincones y ojos lentos.
Ojos del
color que imagines, del color que quieras.
No sé si es
lo que soy o lo que tú eres.
Asco y
terror en las venas,
siento el
calor de cada litro de ese deseo;
asco y más
asco, pero nunca odio, nadie lo merece.
Apaga la luz
o mírala, trátala como a tu corazón
y hazle
sentir el dolor del deseo que corre por tus venas.
Esquinas y
manos rápidas. Rincones y ojos lentos.
Ojos del
color que imagines, del color que quieras.
No sé si es
lo que soy o lo que tú quisiste que fuera.