Tantos momentos digeridos y
yo sin saber…
Sin saber gran cosa sobre
casi nada.
Me gustaría saber cosas
sobre ti… que quizá
ya conozca y sólo me lo
reconozco.
Como un puzzle a trozos, en
diferido, con matices olvidados
e imperios de los que ni
los turistas, que soy yo, montado en
un caballo paseando por la
ciudad, quieren recordar en los mapas
actualizados.
Me gustaría saber qué fue
de mis libros. Qué de mis besos secretos bajo las rocas,
me gustaría saber…
Pero no lo sé. Y quizá
nunca lo sepa. A lo mejor será mañana, el día en el que todo explotará en
cosmogonías complejas.
Los recuerdos de lencería
fina, de televisores rotos por el agua…
Me gustaría saber tantas
cosas, que sólo el deseo lo agota todo.
Me gustaría conocer los
entresijos de las puertas del alma para saludarla
y darle vida por otros
medios.
Quizá una despedida a
tiempo…
Pero no puedo, nada de esto
se me permite.
Acaso en un folio…
Siempre la nostalgia del
mañana por la tarde, al caer el sol.
Me gustaría saber… Tantas
cosas…