domingo, 23 de agosto de 2020

La pequeña vacación.



Cerrado por ausencia de aperturas.
Carcomido por las lentes inservibles de guardias poco adeptos.
Cargar con el juego en los hombros, por si alguien quisiera jugar,
con todo lo que pesa...

Olvido, pero de esos-que-no-se-van con las estaciones, y ahí queda.
Ostracismo complaciente en nubes desaparecidas.
Oscura esa apuesta de diez a uno, cuando el uno no es ni medio.

Los pasos cautelosos se hundieron en la orilla,
para ver cómo se ahogan los príncipes.

Los pies cenizos se mantienen sin masilla, 
para poder caer como los reyes de su pedestal.

Los peces coronados se bajan de las olas,
para poder flotar como los valientes.

viernes, 21 de agosto de 2020

Para cuando todo se disuelva.





Para cuando todo se disuelva,
los rascacielos llegarán antes a su destino.
Las oficinas dejan de ser ventanas iluminadas.

Para cuando todo se disuelva,
las marquesinas únicamente habrán separado una parada de la siguiente.
Los buseros seguirán sin dar el cambio y los asientos buenos estarán cogidos.

Para cuando todo se disuelva, y empeore,
el color del crepúsculo dejará de ser rosa y dejará de importar,
y los cigarros únicamente marcan el camino a casa.

Para cuando todo se disuelva, y no haya más que fango,
los besitos serán marcos bonitos para otras fotos,
las mañanas ya no empiezan al salir el Sol.

Para cuando todo se disuelva, y sea definitivo,
habrá de llover sobre las estatuas para bañar lápidas,
habrá que ser barro, y disolverse con la tierra sobre la que se lloró.