Cerrado por ausencia de aperturas.
Carcomido por las lentes inservibles de guardias poco adeptos.
Cargar con el juego en los hombros, por si alguien quisiera jugar,
con todo lo que pesa...
Olvido, pero de esos-que-no-se-van con las estaciones, y ahí queda.
Ostracismo complaciente en nubes desaparecidas.
Oscura esa apuesta de diez a uno, cuando el uno no es ni medio.
Los pasos cautelosos se hundieron en la orilla,
para ver cómo se ahogan los príncipes.
Los pies cenizos se mantienen sin masilla,
para poder caer como los reyes de su pedestal.
Los peces coronados se bajan de las olas,
para poder flotar como los valientes.