miércoles, 27 de mayo de 2020

Purguita de noche.



Foto by: myself. Algún lugar de Salamanca (2016)

--Purguita de noche--

Grandes epopeyas aburridas, 
contagiosas bajo el yugo de una lápida que desaparece con tu nombre, tu fecha y motivo. 
Cada folio escrito, arrugado por motivos y dispares acometidas de tus ojos, tu olfato, tu piel. Sin traer los papeles firmados que me pediste, atestiguado por notarios con alas, colgados y alados pero clavados en tablas, como un señor con boina calada hasta las orejas, dando lecciones de humildad, pero estos caballeros no llevan boina. 
Colocan sus palabras como si fuera tapial de los antiguos, pero con colores y formas modernas, no hacen sino acaparar lo indeseable de los deseos. 
Y el ahogamiento del ego nunca debe sublimarse ante el propio ego. 
El gran valor de esas pequeñas cosas no es distinto de aquellas que son inútiles, sólo son más bonitas… 
Si ellos quieren arderán por sus atrocidades antes de ser acusados, antes de que les claven en cruces. No vaya a ser que nadie les entienda antes de hacerse creer. 
¡Qué poco he muerto hoy! 

martes, 19 de mayo de 2020

No digas nada a la paloma.


Night Landscapes by: Jana Sokja.

~ No digas nada a la paloma ~


Asegurada en los brazos no llora, sino que socorre.
Agradecido compadezco sintagmas que no existen,
nada más que para ella.
Anclado en las sábanas y en las sombras de linternas en madrugadas. Entonces en el revoltijo saltan los grillos, cri, cri, ya se sabe.

Amantes silbaron pasodobles una vez, en almohadas sobre heridas sangrantes en brazos de Trilce. Nada que ver con las costumbres de pijamas, paseos y desnudos; ni con los arcos del soñador poeta que emite suspiros en diferido, porque vida le queda poca.
Palabras y el baño de lamias que ayudaron en las pesadillas.

No cierres las comisuras,
que asomen los versos bonitos.
Saca la lengua endurecida
y di:
te doy y te quito.
No me digas que no sabes,
no de mí, no de ti.
No la vista desde la ventana,
ni los besos blancos, tiesos como un encinar.

lunes, 18 de mayo de 2020

Lady Daydream.


by: Fazerdaze

~ Lady Daydream ~

Pretendo hablar, pero se calla y llora, 
como la Storni el día de la playa.
El interior, la prosa suave del ahora diluido, 
siempre deshecho, luego presentado como alimento para pobres, todos callados como las gárgolas de Salamanca.
Nunca llega la hora ni quedan relojes de manijas templadas,
dispuestas para un orden sin conocer.

No cierren comisuras
Quiero llevarte allí, cerca de los mausoleos desde donde llegan los graves.
Trilce, oh mi Trilce, patina en la pista, arrastra los haces de la bola en el techo,
extraño planeta blanco y multicolor.
Las mutaciones bien podrían ser mutilaciones, sumen o resten.
Estoy cansado de la imagen del océano vencido que nos separa,
de recorrer una y otra… Pues eso.

Pero están ahí esas lamias terroríficas,
ayudantes, motivadoras de tanta fantasía maligna.
Luchando por encontrar aire y cazarlo en algún monte con neones.
Las líneas se suceden entre saetas que suenan a fado.
Quejíos empoderantes de bares con césped recién cortado,
con ese olor tan particular…

domingo, 17 de mayo de 2020

Aún vive aquí dentro.



by:Andrea Galvani

Hay que tener cuidado con esas bases de columnas
escupiendo niebla densa sobre la cama, el circo.
Tallando lencería fina para pocos extractos de pesos ya lejanos.
Dejo por dejar algo y que pese, choque a reventar. Habladurías cercanas al alba;
otra vez las farolas,
guarniciones extrañas coincidentes con mis lágrimas,
dispuestas siempre en lo alto de las columnas,
la niebla, hogar reminiscente de cenizas que ensucian la colcha.

Queda esto; otra vez el poeta de pacotilla que no se resiste a su paloma.
Disparé las sinestesias en la puerta de los dedos, rozando el quicio de las uñas, que podridas se desprenden de la columna, la cama, las sábanas.
Mordisqueé con afán de sacarme el trozo de saliva que se quedó ahí al besarte.

Con el paso de los párrafos llegan los besos pequeñitos, la salita,
la frentita, los labios menudos, la pierna encogida, el ombligo como retraído, pausando porque hay que hacerlo y esos quehaceres del pequeño mundo hay que guardarlos.

Se disiparon las columnas, por fin, la niebla era fuego;
las farolas,
esas que dieron paso a una luna transparente, hacia el Sol inevitable, las vidas invisibles siempre latentes.

Tú no estás, te fuiste, entraste, amé a otras sin problemas, arrancaste el invierno,
jugué con las sinestesias, como dije, y perdí,
ahora a reírse del poeta que te escribe.