domingo, 10 de diciembre de 2023

Senda del flaneur.



Discutía esto a menudo. Apenas distinguía entre una forma de amar y la otra.
Nunca diría que no me importa, está claro que el tiempo juega en contra, ¿no?
Quiero decir, basta ya de intentar aprovecharlo.
Discutía esto a menudo, pero Trilce me escuchaba opacamente.
Era una lectora, como yo un oyente, entonces había unas disonancias en el tabaco de liar, en las dunas de la Duda.
Que, si era un escritor de fábulas, me decía, la dejara en paz y que simplemente me dedicara a escribir zorritos y tortugas.
Trilce bromeaba diciendo que para ensayos sesudos tampoco me daba el tema, quizá para una conversación larga, o unos poemitas lentos.
Nunca entendí cómo un poema es lento.
Luego daba el lametón al papel, mirando por encima de la línea brillante.
Venga ya, hablo en serio, apenas distinguía una forma adecuada de amar de una egoísta y malversada, le decía.
Pero ¿en qué momento planteamos algo tan visceral?
El mundo se mueve por amar, y en esencia (y forma) era verdad ontológicamente.
Trilce decía que algo de razón había en aquello.
Luego encendía el cigarrillo, me daba las gracias por el tabaco, y encendía también el mío, alargándolo hacia mi cara.

viernes, 8 de septiembre de 2023

Ripios.





Hay un día insulso repartido por el calendario,
en el que todo se para porque de algo me acuerdo.
Busco por la mesa y pecados capitales,
rasurados en parejas y disueltos sin valentía.
Que cuando mis caminos son laterales para esquivar el desfiladero,
intento no molestarlo con mis voces.
Tengo un libro escrito que siempre está incompleto,
se rellena de chillidos y ahí quedan atrapados, para quién lo abra.
La inquietud es una mella en la coraza.
No se puede el vacío en la oscuridad porque algo debe haber;
que los sueños son vasijas y nada más.
Cosmopolitismo barato,
holística transitoria y obsoleta.
Las aceras siguen resistiendo mis búsquedas y mis esperas.
La viajera que quiero que aparezca, no lo hace, no sé si continúa haciéndolo.
 
He visto como un odio envuelto en cervezas blancas,
el sustento no sé de dónde sale, solamente sé que debe andar por ahí.
No recuerdo poemas de otros poetas,
quizá alguno que alguna amante embravecida arrojó sobre mi cara, cegándome.
Que los colores se agolpan como conejos en la madriguera,
colándose en las chisteras hambrientas, como las ratas en aquella batalla rusa.
Que las palabras son ripios rellenando los quehaceres, calzando el deseo cojo;
que los columpios ahora son farolas, 
que las risas estridentes son ahora corrientes 
en transformadores.

sábado, 15 de abril de 2023

Agua en los bolsillos.



Quédate un minutín más, guardemos el calor en la niebla,
que todo tiembla, tengo miedo y nadie trepa por las grietas.

Respirar se complicaba por las tinieblas de los pulmones;
por el beso mañanero que no suma,
por la acaricia tardía que nunca llega.

Las aceras siguen resistiendo las búsquedas inútiles.
Los viajeros siguen desaparecidos en las rendijas,
en las lunas quedó una cara que no sé si quiero ver,
pero deseo que exista.
Pero los viajeros siguen resistiendo, eso creo,
seguro que solo quedan viandantes desconocidos
en los que la luna ya no refleja nada.

Que prefiero un día de sol y viento, un día en el que no te descubra,
en el que no te vea venir, como el viento al cruzar la esquina.

domingo, 19 de marzo de 2023

Juguetes y miradas tristes.




Todos a oscuras escondidos en sus luces, palpitando, 
se jadean vibraciones que ya no se advierten, 
temiendo ser la siguiente víctima del beso azul.

Mareas y miasmas que acaban por prender en el vientre. 
¿Puedes decirme tú, de verdad, qué es real?
¿Puedes escuchar, como dices, las distancias que tomamos?
Dime que a veces me recuerdas fuera de todo mal
y no me lo dices por cuestión de potencias.

Seguro que seguiste jugando con renglones torcidos,
aprendiste que los sitios se encadenan a la sombra de su parecido.

No saques la cuerda del reloj que me pongo nervioso;
he intentado dibujar los pliegues de las sábanas, cada día,
cambiando por la mañana con el viento de la ventana abierta.

Es tiempo de una mirada en juego,
que a toda luz de vela le pido que aguante,
que sus ojos lagrimosos me dan fuerza,
que me siento mal por ello,
que mañana prepararé yo el desayuno.


 

martes, 9 de febrero de 2021

Este amorío moderno.

 




Los tramposos laberintos de ceniza marrón se fueron con los vientos de las avenidas quietas, por los zaguanes del pueblo antiguo y el tendero que escupe,
vendiendo esas piedras inútiles que nos salvarán de todo mal.
Ningún camino nos salvaría, se dijo, que me acuerdo. 
Ni siquiera al llegar junto a los banquitos, fríos como el demonio.
Una pausita entre tanta bolsa de la compra y tantos porvenires.
Las baratijas te gustaron siempre porque encierran dientes rotos, de tiempos cuerdos, de sonrisas que son mejores que la portada de los libros, de los olores despojados por la habitación de dos locos.

Canción sin vertebrar, ni un poco. 
Al llamar a la noche siempre nos llegaba la mañana.
¡Ahí está ella escondida a plena luz, bajo los focos, con el telón tendido!
Cortina casi amarilla que cae en cascada, resguardando la canción.
Me proclamaste guardián y señor de vanguardia, esculpido con cincel delgado.
Heredo más que sonidos, heredo la sinfonía precisa, entera y por cantar.
Entre la luna; lunares y lunáticos.

lunes, 8 de febrero de 2021

Una despedida.




Te lo advierto desde las entrañas, como una alerta de mentira.
Bien por tu soñar de ponzoña, de ese veneno corrosivo, latente.
Trozos de tela pesados de los que logro beber agua sucia, 
precipitando en ríos bellos el asfalto inabarcable.

La danza ahora está rota, mucho más corta y húmeda.
Erosionando vidas que me agradecen la visita.
Escaso caudal y poco valorado, del grifo que gorgotea al final del pasillo.
Cada gota un planeta que se marcha lentamente por el desagüe, 
vidas válidas para caer en el olvido.

Un chapoteo en la laguna, vestido con el frío que olvidaron otros sentidos aquí.
El sol sienta bien tras llorar y la reserva de sal cae sobre las mejillas heridas.
Fundido en lo dormido, otra vez más el vientre tierno, el corazón borracho y la cabeza envuelta en sedas. Último aviso para subir al tren...


domingo, 7 de febrero de 2021

Los nombres.




El malherido en el combate tiene l
a suerte necesaria, como el error de una flecha mal lanzada. 
El tormento de un solitario y sus consecuencias, dulces compañías eternas en días azules. Salven al pecador y destruyan el pecado. Derrumbemos al infinito, saltémonos la semilla. Quiere estar malherido, tener suerte durante el tormento.

Vivencias necesarias para ser persona. No más que vivir, qué simpleza.
No queda clara tu objeción a vivir, Amarilla vida evocada en mal común, no miremos más.
Provisto de luz y tú arrojas Negro, ¿por qué?

Hojas marchitas y ennegrecidas, siendo una criatura malvada, sin nada más
que amor y odio. 
El baile con el azar. Maravilloso deje vital ininterrumpido que conduce hacia cualquier ente amado. ¿Qué dados he tirado para verlos así?
Todo confluye lo suficiente como para dejar de llamarlo herida.
Eso tiene otro nombre...