viernes, 13 de abril de 2018

Poeta de pacotilla.

¡Qué pesadez contra tan poquito! Incluso las palabras se quedan cortas si en ese momento intentara escribir o descifrar cada elemento de la Poesía que se me ofrece.
Quizá no fue suficiente por parte de ella que ahora apenas le hable en otros idiomas. 
En alemán, quizá inglés...
Me llaman poeta de pacotilla, añadido en listas a otros menos poetas y más personas, mejor gente seguro, o yo qué sé.
Ella, que de por sí me concede Poesía;
Poesía era la luz azul que resplandece en el nórdico y el ruido del horno calentando la cena, al fondo. Saliendo de la habitación.
Pese a eso no se guardan rencor las poesías y sus poetas; las poetisas y sus poemas.
Poesía era una púa de una guitarra.
Poesía son paseos y encierros a gran escala en habitaciones con luces reducidas.

Aunque encierres la Poesía en un Búnker tan grande como una ciudad,
como sus murallas,
sus palacios,
entre poetisas y poetas,
el viento acaba llegando,
tibio,
arrastrando tras de sí la tempestad del folio el blanco, de recorrer estanterías en Diciembre...

Encerraré estos cofres en algún sitio.
Cerca de un Búnker de Poesía, nada menos.

De poemas,
de eterno retorno...