O te ha faltado esto, por lo tanto, qué mérito tiene tu aguante
ante la vida.
O lo has tenido todo, por lo tanto, qué mérito cada uno de sus
pasos en la vida.
Al menos en la literatura es así.
Yo no puedo decir
que mi infancia
fuera triste.
No puedo aunque cuando escribo pienso que ojalá pudiera.
Luego miro la cartera, la cuenta del banco.
No aguantaría escribir y que me degradarán por las facilidades
del dinero venenoso. Pero ojalá tenerlo, ojalá vivir de esto.
Pero yo soy de esa clase de escritores que odian a esa clase de escritores y anhelan las penurias de los otros.
No he tenido una infancia dura, ni una adolescencia perdida.
Quizá mediocre, en ocasiones penosa, divertida, descubrí lo indecible del amorío muy pronto y lo conjugué muy tarde.
Por eso ahora escribo como olas.
Pero no escribiré sobre mi infancia, ¿para qué?
Fue sólo una más. No fui pobre, ni rico, entonces, ¿para qué justificar mis penurias? La penuria es penuria siempre, no hay nada bueno en ella. Ni siquiera las letras.
Que te jodan César Vallejo, maldito cobarde.
A ti, Lorca, ¡oh! qué pena que te mataran, pero que te jodan también.
Rimbaud, Bukowski, Novalis, que os jodan también.
Que le den pero de verdad a todos los escritores que crean penas y crean escritores que crean penurias.
Llevo unos días leyendo a Fante y escribiendo y fumando sin parar, con descansos prolongados pero decididos. En realidad no he escrito una mierda. Mi virtud de letrero es eso, algo virtuoso. Qué bien quedará esto aquí, este personaje, es bueno, llévalo aquí, allí, hazle decir que todas las mujeres le quieren. Luego enciendo el cigarro y leo la línea. Basura. Entonces, ¿por qué creí que esa frase le pegaba? Yo no pienso eso. Bueno, él, sí. Lo has escrito y en otro universo esas palabras han sido sentencia, afirmación. Todas las mujeres lo aman - a este personaje loco -. Qué incomodidad me he creado yo solito aquí sentado, frente a un portátil con un teclado de estos grandes, antiguos, añejos. No funciona el teclado. Pero cada vez que tecleo me creo más escritor, el sonido, clac,clac, clac, clac. clic, clic, clic.... mira cómo se llena la pantalla de letras...
Vengo sin motivar hoy.
Ayer fui de fiesta y tengo el cuerpo regular.
Ayer fui de fiesta
y las palabras se me siguen escapando.
Qué decir si te faltan las palabras exactas.
Comentando con un amigo que cada vez
es más difícil llamar a alguien amigo.
¡Ay! la amistad tan codiciada y desperdiciada.
Pero a los que la desperdician,
que les jodan bien fuerte.
Y es que es verdad.
Ahora estoy descubriendo
gente maravillosa, que antes
podían no ser nadie. Ya ves la crueldad.
Me pregunto si será así siempre.
Si se te olvida tan rápido.
Si por una cuestión de mojar el churro
hay personas que se apuñalarían en el vientre.
Sea dinero, sea intereses sin mostrar, ocultos.
Esos, unos tristes.
Este es un ejemplo, escoged el vuestro.
Para los que os merecéis amistad
pero no la tenéis, o no es como esperabais. aguantad.
No os canséis, sois amantes de la vida y lucháis por ella.
Sin condiciones, sin intentar dañar a nadie.
Hoy este poema se lo dedico a los míos, sean quiénes sean.