martes, 31 de julio de 2018

Diarema III: Fumando en un parque de Carabanchel.

Desde que empecé a venir a Madrid, voy por las mañanas y algunas tardes a un parquecito muy verde.
Está cruzando la calle y unos cuantos restaurantes. Siempre me llama la atención el comedero búlgaro, rumano, eso rezan los carteles.
Busco un banco libre con sombra, esto último indispensable.
A veces está el señor de Plasencia que siempre me pide de fumar. 
Normalmente algo le doy y me da las gracias. No es muy hablador, esto está bien.
Debe saber que mi gesto es caritativo y penoso al mismo tiempo.
No se sienta a mi lado pues sería incómodo, pero me mira y asiente y sonríe y bebe del litro de Argus.

Yo me acabo lo que llevo encima
me levanto y marcho al piso
a ver si se ha despertado ya la dona.

A veces, bajo y el parque está vacío. Ahí es cuando disfruto. Leo a gusto y fumo a gusto
y no hay placentino que valga. Suelen pasar muchos perros con sus dueños bien atados.

Llegan
hacen lo suyo,
se van.
Algunos lo dejan,
otros no. 

Yo me acabo el capítulo y lo que llevo encima,
quizá me enciendo un cigarro, sólo porque se está bien.
Me levanto, marcho al piso
y ahora suena música al abrir la puerta del piso.




No Vacation - Yam Yam.


lunes, 30 de julio de 2018

Diarema II: El ventilador no es suficiente.

Es ya por la tarde
y esperaba algo así.
Calor tengo un rato
pero me acompaña
un ventilador.

No es muy grande, lo suficiente como para que por las noches tenga que arroparme o arrimarme.
La cama es más pequeña que el ventilador, lo prometo.
No os imagináis.
En el fondo me gusta pensar en la suficiencia de las cosas. Se me fue el santo al infierno.
Con este ventilador es suficiente.
Con ella me sobra para mil folios más, que son muchos, de verdad.

Aunque ahora mismo estoy un poco asqueado porque hasta respirando sudo.
Soy una persona de esas sudorípedas. Me gusta inventarme palabras, a veces.
Me suenan a que sí. Luego a que no. Después pienso "que le den" y la pongo y tan felices.

Estoy tecleando un poco enfadado porque parece ser que con este ventilador no es suficiente,

y me están empezando a sudar hasta las muñecas. Mira, que le den, y lo pongo, y tan felices.




Biig Piig - Perdida.


Diarema II: ¿Qué habrá de comer?

No dormí en toda la noche. Lo logré cuando la dona se marchó a trabajar. Tenía la cama para mí, en soledad. De repente noté los cigarrillos caer, así lo digo. Sentí como caían en cascada a mis pupilas y plas, y ella con su champú en spray, tantas prisas y yo me quedo dormido justo cuando deja dinero en la mesa, que vaya a comprar y coma.

Me quedé algo dormido cuando se cerró la puerta y el piso estaba en soledad. Lo primero que pensé "¿Qué habrá para comer?"

Veo el dinero en la mesa. Ahora debo contestar a esa pregunta mientras me pongo los pantalones, una camiseta que hay a los pies de la cama, y coloco mis chanclas marrones y duras como un jefe final de ya se sabe el juego, y marcho al Hipercor:

allí hay aire acondicionado.