miércoles, 20 de marzo de 2019

Sinfonías para poetas millenials. Pequeñas consideraciones acerca del Bedroom Pop.

Es difícil empezar a hablar de algo tan abstracto como es una estética musical. En este caso, se me complica porque no me compete hacer clasificaciones ni juicios sobre música que escucho para cuando es necesario y para cuando no. Como esto va a ser una cuestión narrativa y no aplicable a una crítica constructiva sobre nada, me veo en la libertad de eso que llaman licencias. Sólo quiero compartir algo con lo que me identifico de pleno, un sonido que en este momento simplemente me cuadra como mío, de mi época. Pero ni siquiera ese es el prisma, el generacional, al que voy a hacer referencia unas pocas veces, es más bien una mezcla de una cultura inmersa en la tontería de internet y sobre todo en lo que eso puede conllevar para miles de personas. Y es que ese es un factor tan fundamental en esta música, como su estructura pictórica, estética por así decirlo. No quiero dar mucha turra de momento y empezaré por lo que compone, en un sentido ambiental, el sonido del Bedroom Pop.

Con esta consideración, quiero que penséis en esta corriente, ya que no me atrevo llamarlo género con peso y sonido propio, sino más bien es la suma de otras corrientes que en ese marco pictórico que mencionaba antes, crea una fuente de la que beber más que un árbol de donde cortar. No sé si se entendió. Empecemos en crudo, primeros artistas. ¿A qué suena? Un resumen: coge el indie de hace unos años pongamos The Kooks, The Strokes, The Killers... el lo-fi noventero y toda su iconografía, lo que incluyen grupos de los noventa (Nirvana, Oasis, Pulp, Brit-Pop en general), toda la música actual que va desde el trap hasta electrónica, y sale una mezcla de sonidos y sobre todo de estéticas muy homogéneas como generación pero muy heterogéneas en lo que a música refiere, pues se escogen otros muchos estilos y géneros para llevar una serie de mensajes muy poperos en esencia (desamores, triunfos por uno mismo, desgracias por ser uno mismo, etc...) a un público muy amplio. 

Todo esto, es para explicar que por ejemplo puedo llegar a considerar a la vez, en esta vertiente Bedroom Pop, a Mac DeMarco y a Cuco, y equipararlos por igual en un sentido estético, de pertenencia a algo parecido. Pero concretamente, ¿a qué suena? Siendo muy simplistas, suena a indie lo-fi, hecho en casa, mezclado con la predisposición a la internete y su lenguaje, algo de post-punk y guitarras del punkpop del estilo Citizen, Modern Baseball... buscando en ocasiones sonidos ochenteros u noventeros, según el artista.

Voy a poner para empezar por alguna rama, así como muestreo más rockero/popero de esto mismo, nueve grupos/artistas de lo que considero, es Bedroom Pop, teniendo en cuenta lo anterior. 

1- Mac DeMarco - Freaking Out The Neighborhood




2- No Vacation - Yam Yam.



3- Dayglow - Can I Call You Tonight?



4- Gus Dapperton - Prune, You Talk Funny?



5- Surf Curse - Freaks.



6- Yeek - Cleaner Air.



7- Sales - renee.



8- The Marías - Only In My Dreams.


9- Bedroom - In My Head.



Esto, como digo, sirve de muestreo, de primeras canciones y artistas que me marcaron una línea, código, esquema a seguir y a reconocer. Hay mucho más; grupos que mezclan una gran variedad de estilos o se basan en otras ideas de composición. Pero de momento, así está bien, ¿no?

lunes, 18 de marzo de 2019

Ganas de menjar.

El fino cosquilleo militante,
la sombra alargada penetrante,
antes de la batalla, silencio
en la pantalla: como distante.
Una diminuta tolerancia
como la quemazón
la llanura ordinaria,
la diminuta razón.
Círculos en la mente
vacíos capitales constantes,
tensión por ambientes.
Cruces rojas equidistantes,
tiritas pegadas cortantes
de saliva seca y caliente.

sábado, 2 de marzo de 2019

Desorden.


Trae el espíritu divino y lo perderé,
caen los días entre raíles doblados
que se erigen con el hierro cartoné
produciendo un sonido ruinoso y arrugado.
¡Qué clase de sonido es ese postulado,
este que hiere sin permiso ni fe!
Los barros esconden verdades tras la miel.
El mentiroso nunca sabe que está manchado.
Una elección que las deja vírgenes,
otra admiración de las tenebrosas
y una almohada cosida en los ojos.
¡Qué clase de postulado crea a estos tristes!
otra lección que las deja hermosas
y el tropiezo de las guapas hace reír a los cojos.




Sin un título apropiado.

De nuevo estoy aquí, porque siento un poco esto como mi voz. Soy incapaz de no escribirte, de no garabatear en un folio, incapaz de respirar si no es por esto, por lo que me juré sentado en un parque agarrando lo que creí de verdad mi primer bolígrafo y mis primeras poesías. Ahora las siento como tal, tengo un horror a esa palabra que tanto intento aplicar, abrumando todo.

Es así, he leído cosas que no debería únicamente porque soy de esos que echan de menos por razón vital. Quizá porque eché de más pero tampoco siento eso, todo lo contrario. Siento cada palabra inútil, desproporcionada con la realidad y carente de sentido más allá de las canciones que escucho.

Me he alejado de todos por un miedo irreconciliable conmigo mismo, uno tan genuino y atroz que me atormentará una vez se tense la cuerda, una que ha llegado a estar atada en la viga y con el nudo hecho. Pero como sabes me falta ese valor que otras personas tienen, ese que hace falta para saltar de la silla o para deshacer el nudo y guardar la cuerda en un cajoncito para otra ocasión.

No puedes odiarme más de lo que yo llego a hacerlo. No. Sencillamente no puedes, cuál sería el sentido. No hay respuestas porque las hallé en el nudo de la garganta que deshice, y eran cortitas y seguras. Eran síes y noes bellos como soles reflejando en las lunas de aparcamientos inmensos donde pasar el tiempo.

¡Ay! qué sería de mí sin ti; cómo han sido tus heridas infligidas por el tiempo y el olvido, por el presente y los colores que todo lo envuelven, cómo.

Las preguntas no acarrean nada bueno porque no sé contestarlas a tiempo. Me pierdo entre las maravillas de la duda y el dolor que las sustenta. Puede que no me creas si te digo que he sufrido tanto como tú, no lo intento, pero quiero hacerlo. Quiero necesitar responder a algo, tener la respuesta para rechazarla o aceptarla, pero tener algo seguro, un diálogo, algo que no me lleve al cajoncito para deshacer la maraña y el lío que supone la cuerdecita.